Hoy voy a encararme con un tema que me viene a la mente con cada nueva Notificación de Facebook, sea por eventos o peticiones de amistad ...esos perfiles anónimos o de personas que ocultan su identidad. De verdad …¡no lo soporto!. ¿Tan difícil es poner cara y nombre a nuestro perfil personal?
Pero el ocultarse tras una careta y de esta forma conseguir el valor suficiente para publicar todo cuanto se nos ocurre no es una moda actual. Con el nacimiento de las primeras comunicaciones siempre hubo quien lanzaba sus mensajes oculto tras el anonimato y esto no hizo sino potenciarse con el nacimiento de Internet. Desde los principios de la comunicación digital (esto forma parte de mis batallitas), pasando por las comunidades virtuales, chats, o foros ...y terminando en la mensajería directa, los ‘Nicks’ abundaban y acampaban a sus anchas por la Red. Mediante este ardid, podían simular ser alguien completamente diferente a quien eres en realidad y ponerte en la piel de quien nunca serás. Por supuesto, no entraré a comentar sobre las posibles implicaciones legales o las acciones delictivas que se puedan llevar a cabo; nos quedaremos en el contexto de la actividad habitual de cualquier aficionado ‘internauta’.
Mira por donde -al fin- llegaron las imágenes a las comunicaciones virtuales y se hizo mucho más difícil simular ser quien en realidad no eres. Aunque muchos sigan con su antigua trayectoria, cada vez son los menos. Aun así se mantienen numerosos perfiles de este tipo (con careta) y no me gusta darles entrada en mi vida; pero lo cierto es que si fuera tajante con mis decisiones, prácticamente dejaría casi vacío mi TimeLine de Twitter o las listas de amigos en Facebook ya que esto es menos habitual en las Redes más profesionales.
Lo curioso es que a pesar del avatar y el supuesto nombre, estos sujetos luego aparecen etiquetados e identificados en infinidad de comentarios y fotografías ...esto no hay forma de entenderlo. Yo me pregunto ¿Por que alguien querría participar en alguna Red Social y hacer innumerables amigos sin tener que identificarse? ¿Se le puede a este tipo de contactos llamar amigos?
Normas y valores:
Hay una serie de normas sociales y valores humanos que rigen tanto en tus entornos habituales, como en los virtuales: honestidad, transparencia, generosidad, educación... son los que realmente hacen Sociales a todos estos entornos virtuales; quienes se comunican son personas y los valores confieren el necesario toque de humanidad a todo este conglomerado de aparatos y tecnicismos anglosajones en el que poco a poco todos vamos entrando.
Por mi parte y para terminar, me siento muy a gusto en las Redes Sociales. He hecho muchos contactos, pero también muchos amigos, y no precisamente de mi avatar como suele ser lo habitual. ¿Qué consigo con esto? compartir innumerables experiencias, aprender de estupendas personas y disfrutar en la mayoría de los casos de los valores antes mencionados; todos han dejado y seguirán dejando una indeleble huella ...vaya mi más sincero agradecimiento a tod@s ell@s. Aplicar estos valores en mi vida diaria me permite terminar cada día en casa con la conciencia intacta; lo puedo asegurar ...duermo muy bien.
Pero el ocultarse tras una careta y de esta forma conseguir el valor suficiente para publicar todo cuanto se nos ocurre no es una moda actual. Con el nacimiento de las primeras comunicaciones siempre hubo quien lanzaba sus mensajes oculto tras el anonimato y esto no hizo sino potenciarse con el nacimiento de Internet. Desde los principios de la comunicación digital (esto forma parte de mis batallitas), pasando por las comunidades virtuales, chats, o foros ...y terminando en la mensajería directa, los ‘Nicks’ abundaban y acampaban a sus anchas por la Red. Mediante este ardid, podían simular ser alguien completamente diferente a quien eres en realidad y ponerte en la piel de quien nunca serás. Por supuesto, no entraré a comentar sobre las posibles implicaciones legales o las acciones delictivas que se puedan llevar a cabo; nos quedaremos en el contexto de la actividad habitual de cualquier aficionado ‘internauta’.
